Al
fin y al cabo, nadie es perfecto. Ni tu sonrisa, ni tu amable forma de
ser, ni tus besos, tampoco los momentos que estuvimos juntos lo eran. Ni cada
mirada, caricia o carcajada a tu lado. Cada te quiero, una perdida de tiempo y
una probabilidad mas de que me hicieses daño. Ahora me arrepiento tanto, de
todo lo que te dí. De las veces que te agarre la mano, me miraste sonrojado y
yo te sonreí. De cada vez que te apoye y no te deje caer. De esos abrazos
sinceros que te regalé y tú lo dejaste caer. De todo, de cada segundo a tu
lado. Ahora sé que nunca volveré a
querer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario